Conservar adecuadamente los alimentos del ganado no solo evita pérdidas económicas, sino que garantiza la salud, la productividad y el bienestar de los animales. La humedad, el calor, la exposición al sol o el contacto con roedores pueden provocar fermentaciones, hongos o pérdida de nutrientes clave.
Aquí te explicamos cómo asegurar que tus piensos, forrajes y mezclas mantengan su calidad el mayor tiempo posible.
1. Elige un lugar seco, fresco y ventilado
La humedad es uno de los principales enemigos del pienso y del forraje. Asegúrate de almacenar los productos en un espacio protegido de la lluvia, con buena ventilación y sin condensación. El exceso de humedad favorece la aparición de hongos, fermentaciones indeseadas y moho.
Evita zonas directamente apoyadas sobre el suelo: usa tarimas o palets para separar los sacos del pavimento.
2. Evita la exposición directa al sol
El calor puede deteriorar los compuestos nutritivos del alimento, especialmente las vitaminas y grasas. Además, acelera los procesos de oxidación y deterioro. Conserva los alimentos en espacios a la sombra y con temperaturas estables, sobre todo en verano.
3. Protégete de roedores e insectos
Ratas, ratones y ciertos insectos pueden contaminar el alimento y ser transmisores de enfermedades. Utiliza contenedores herméticos, revisa periódicamente los almacenes y emplea medidas de control preventivo con cebos o trampas, especialmente si el almacenamiento es prolongado.
4. Controla la rotación del alimento
Aplica el principio “primero en entrar, primero en salir”. Usa primero los sacos más antiguos para evitar que el producto caduque o pierda valor nutricional. Marca la fecha de recepción o apertura en cada saco o lote para tener un mejor control.
5. Cierra bien los sacos una vez abiertos
Si no se va a consumir todo el contenido de un saco, ciérralo bien tras cada uso. Puedes usar pinzas, cuerdas o incluso recipientes herméticos. Así evitarás que absorba humedad del ambiente o que entren insectos.
6. Almacenamiento de forraje o pacas
En el caso del forraje (heno, alfalfa…), lo ideal es almacenarlo bajo cubierta o con lonas transpirables que lo protejan del sol y la humedad sin generar condensación. Si el forraje está húmedo en el momento del almacenamiento, es preferible dejarlo secar bien antes de apilarlo.
7. Atención especial en verano e invierno
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Verano: ventila mejor los espacios, controla la temperatura y protege de insectos.
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Invierno: evita la condensación en techos y paredes, y protege de las heladas si se usan alimentos húmedos o semihúmedos.
Conclusión
La correcta conservación del alimento para ganado es una tarea sencilla si se toman las precauciones adecuadas. En Faustino Morrás suministramos piensos y forrajes de alta calidad, y te ayudamos a mantenerlos en condiciones óptimas, adaptadas a cada época del año. Porque la buena alimentación también empieza por un buen almacenamiento.